lunes, 5 de agosto de 2013

Sub tuum praesidium

Nuestra Señora de la Majestad. Catedral de Zamora
En este día, en el que celebramos la Dedicación de Santa María la Mayor, vamos a detenernos en una de las oraciones cristianas más antiguas de las que conocemos: Sub tuum praesidium. Se trata de una invocación a la Madre de Dios, que ya aparece en la liturgia copta en Egipto durante el siglo III. Su versión original es en griego. De allí pasó también a la liturgia bizantina, ambrosiana y romana. Por último, llega hasta la piedad eslava-ortodoxa. Se trata, pues, de una piadosa y breve invocación a santa María, que hoy hacemos propia, primero, en la versión gregoriana, cantada por los monjes de Santo Domingo de Silos:



Sub tuum praesidium
confugimus,
Sancta Dei Genetrix.
Nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et benedicta


Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas en nuestras necesidades, sino líbranos siempre de todos nuestros peligros, oh virgen gloriosa y bendita.
A continuación, escuchamos también la versión rusa, a cargo de los monjes del Monasterio de Pochaev. El texto es el mismo, en idioma litúrgico paleoeslavo; y la altura mística de la obra no es menor que la latina.

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