jueves, 26 de mayo de 2016

Secuencia Lauda Sion

Escuchamos la Secuencia lauda Sion, que Santo Tomás de Aquino compuso para la solemnidad del Corpus Christi.


Lauda, Sion, Salvatórem; Lauda ducem et pastórem, In hymnis et cánticis.
Quantum potes, tantum aude: Quia major omni laude, Nec laudáre súfficis.

Laudis tehma sepeciális, Panis vivus et vitális Hódie propónitur;

Quem in sacrae mensa coenae, Turbae fratrum duodénae Datum non ambígitur.

Sit laus plena, sit sonóra, Sit jucúnda, sit decóra Mentis jubilation.

Dies enim solémnis ágitur, In qua mensae prima recólitur Hujus institution.

In hac mensa novi Regis, Novum Pascha novae legis Phase vetus términat.

Vetrutámen nóvitas, Umbram fugat véritas Noctem lux elíminat.

Quod in coena Christus gessit, Faciéndum hoc expréssit In sui memoriam.

Docti sacris institútis, Panem, vinum, in salútis Consecrámus hóstiam.

Dogma datur Christiánis, Quod in carnem transit panis, Et vinum in sánguinem.

Quod non capis, quod non vides, Animósa firmat fides, Praeter rerum órdinem.

Sub divérsis speciébus, Signis tantum, et non rebus, Latent res exímiae.

Caro cibus, sanguis potus, Manet tamen Christus totus Sub utráque spécie.

A suménte non concísus, Non confráctus, non divísus, Ínteger accípitur.

Sumit unus, sumunt mille, Quantum isti tantum ille, Nec sumptus consúmitur.

Sumunt boni, sumunt mali: Sorte tamen inaequáli, Vitae vel intéritus.

Mors est malis, vita bonis; Vide parís suptiónis, Quam sit dispar éxitus.

Fracto demum Sacraménto, Ne vacílles, sed meménto Tantum ese sub fragménto Quantum toto tégitur.

Nulla rei fit scissúra, Signi tantum fit fractúra Qua nec status nex statúra Signáti minúitur.

ECCE PANIS ANGELÓRUM, Factus cibus viatórum, Vere panis filiórum, Non mitténdus cánibus.

In figures praesignátur Cum Ísaac immolator, Agnus Paschae deputátur, Datur manna pátribus.

Bone Pastor, panis vere, Jesu, nostril miserére. Tu nos pasce, nos tuére, Tu nos bona fac vidére. In terra vivéntium.

Tu, qui cuncta scis et vales, Qui nos pascis hic mortales, Tuos ibi commensáles, Cohaerédes et sodáles Fac santórum cívium.

Amen.


Alaba, alma mía a tu Salvador; alaba a tu guía y pastor con himnos y cánticos.

Pregona su gloria cuanto puedas, porque Él está sobre toda alabanza, y jamás podrás alabarle lo bastante.

El tema especial de nuestros loores es hoy el pan vivo y que da vida.

El cual se dio en la mesa de la sagrada cena al grupo de los doce apóstoles in género de duda.

Sea, pues, llena, sea sonora, sea alegre, sea pura la alabanza de nuestra alma.

Pues celebramos el solemne día en que fue instituído este divino banquete.


En esta mesa del nuevo rey, la pascua nueva de la nueva ley pone fin a la pascua antigua.

Lo viejo cede ante lo nuevo, la sombra ante la realidad, y la luz ahuyenta la noche.

Lo que Jesucristo hizo en la cena, mandó que se haga en memoria suya.

Instruídos con sus santos mandatos, consagramos el pan y el vino, en sacrificio de salvación.

Es dogma que se da a los cristianos, que el pan se convierte en carne, y el vino en sangre.
Lo que no comprendes y no ves, una fe viva lo atestigua, fuera de todo el orden de la naturaleza.

Bajo diversas especias, que son accidente y no substancia, están ocultos los dones más preciados.
Su carne es alimento y su sangre bebida; mas Cristo está todo entero bajo cada especie.

Quine lo recibe no lo rompe, no lo quebranta ni lo desmembra; recíbese todo entero.

Recíbelo uno, recíbenlo mil; y aquél lo toma tanto como éstos, pues no se consume al ser tomado.

Recíbenlo buenos y malos; mas con suerte desigual de vida o de muerte.

Es muerte para los malos, y vida para los buenos; mira cómo un mismo alimento produce efectos tan diversos.
Cuando se divida el Sacramento, no vaciles, sino recuerda que Jesucristo tan entero está en cada parte como antes en el todo.
No se parte la sustancia, se rompe sólo la señal; niel ser ni el tamaño se reducen de Cristo presente.

He aquí el pan de los ángeles, hecho viático nuestro; verdadero pan de los hijos, no lo echemos a los perros.

Figuras lo representaron: Isaac fue sacrificado; el cordero pascual, inmolado; el maná nutrió a nuestros padres.
Buen pastor, pan verdadero, ¡oh Jesús!, ten piedad. Apaciéntanos y protégenos; haz que veamos lo bienes en la tierra de los vivientes.

Tú, que todo lo sabes y puedes, que nos apacientas aquí siendo aún mortales, haznos allí tus comensales, coherederos y compañeros de los santos ciudadanos.
Amen.

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